104. BREVE SEMBLANZA DE UN AMIGO LLAMADO RAMÓN SEVA MONTIEL (PARTE 1)


Recuerdo, Última emoción Que Se dedica
(EPILOGO)


Como barro estará enraizado, para siempre, con la tierra de Benimagrell. En cuya única calle corría tras los rebaños de cabras y sus cabreros. Perdiéndose a la vista de todos, unos minutos, para recabar de su madre Ignacia, la golosina de un poco de leche materna detrás de la puerta de casa.


En los días de lluvia, abandonando la techumbre del hogar, siente las gotas de agua acariciar el rostro, golpear el suelo. Ve como se diluyen, por efecto del aguacero, los ocres de la tierra formando trazos achocolatados junto a las hierbas verdes al borde del camino o las acequias de riego. Dejando empapados a olivos, almendros y naranjos.


Ese conjunto que conforma la tierra, el agua, el aire y el fuego, avivarán su cuerpo mortal y débil que arrodillado frente al Cristo se sabe pecador y perdonado.


Esos recuerdos de amor, fragilidad, consuelo, esperanza, le servirán para tejer los sonetos que año tras año se ha complacido en ofrendar al Hacedor. A la par que deleitarnos con pensamientos magníficos y palabras perfectas hasta culminar con: "Legado poético al Santísimo Cristo de la Paz" (2004).


Fatídico año para su corazón ya dañado mucho antes, por otro infarto.


"Aquí me tienes Dios, vine a cantarte
Y así, entregarte el alma enardecida,
La esencia de la sangre ennoblecida
Se postra ante Tus pies por alabarte"
(ANTE TUS PIES)


Conforme va alargando el paso, pasa de infante a adolescente. Y las piernas nervudas le llevan,por las sendas amplias y polvorientas d’Els Quatre CAmins, a darse de bruces con el Mediterráneo; con las palmeras que crecen en sus orillas, altas, esbeltas balanceando sus penachos al aire, recortándose como una explosión de verde sobre el azul nítido del cielo primaveral.


La enorme sensualidad de su piel bebe a grandes sorbos ese mar que le cautiva e infunde respeto a la vez. Un estremecimiento especial le producen sus olas rompiendo en la orilla y arrastrando hacia el interior y devolviendo a continuación las pequeñas piedras y la arena que van produciendo una serie de mormullos que parecen hablarle de otras épocas, otras gentes.


Las tonalidades de colores, de los verdes a los azules, le lleva a acariciar ese manto cambiante de agua que al toque de su mano se vuelve transparente y espumoso, desprendiendo olor a sal y yodo que no es más que la fragancia a mar.


Lo siente de día, le agrada el atardecer y le inquieta en la noche cuando la luna llena, parte de su alma de poeta, riela sobre sus aguas acompañada de una pléyade de estrellas que reverberando en el cielo de la noche hacen que los pasos silenciosos de esas almas hermanas se presientan sin mirarse, se sientan sin tocarse, sueñen con un imposible.


De la colonia de la Zenia a San Juan por el camino del de Marco contempla a las chumberas, con sus palas llenas de defensas, sus frutos cilíndricos verdes con pequeñas crestas de pétalos. Cuando enrojezcan será el momento de degustarlos al igual que el fruto de la higuera, la palmera y el granado que son de su total aprecio.


"El higo chumbo posee
todo el rigor del infierno
bajo los días de agosto
se ríe del propio invierno"
(...)
"Mi castidad, yo resguardo,
con mis aristas por dientes
más si en tu empeño persistes
no he de serte indiferente"
(ROMANCE DEL HIGO CHUMBO)


De la Avenida de Alfonso X, el Sabio, en Alicante, guarda un grato recuerdo de sus peripecias en esa botica con fachada de cerámica tan original. El destino le lleva a trabajar, de forma indirecta, con los creadores de sueños; lo que le proporciona el conocer mundo y gentes.
Son unos años inolvidables, pero entre sus prioridades está su hermosa compañera, su amiga Lolita.



RAFAEL ESPLÁ

Publicado porAlfredo en 23:59  

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